La Platja de la Mar Menuda o la Playa de Mar Menuda
La Platja de la Mar Menuda (en catalán) o la Playa de Mar Menuda es la segunda gran playa de Tossa de Mar. Así como ya la Playa Grande (Platja Gran), la Playa de Mar Menuda dispone también desde hace años del Pabellón Azul que es un signo de alta calidad de agua. Aquí sólo pocos barcos de motor circulan cerca de la playa y el agua es habitualmente de mejor calidad que la de la Playa Grande.
La Playa de Mar Menuda, el pequeño mar, tiene numerosas actividades ya que las olas están generalmente pequeñas y niños que todavía no saben nadar pueden bañarse aquí, por lo menos bajo la vigilancia paterna. La Platja de la Mar Menuda está considerado como uno de los destinos privilegiados de los submarinistas y sirve también a cuatro escuelas de buceo de Tossa para los cursos de buceo. En verano amarran algunos pequeños barcos de excursión y durante las vacaciones una parte de la playa es utilizada para actividades diversas para los niños y de jóvenes. Y, finalmente, esta playa es igualmente la base de varias barcas que sirven a los pescadores de ganarse el pan. La playa de Mar Menuda, de 140 metros de longitud, es parcialmente pedregosa y a causa de su talla a menudo superpoblado en verano.
La playa misma dispone de una "segunda" pequeña playa que se llama Banyera de Ses Dones (bañera de mujeres). Ninguna ola alcanza esta pequeña playa que fue creada, según una leyenda, en 1236 para que San Ramón de Penyafort, un santo de la época, pueda arribar a este lugar. Una cruz natural en una roca demuestra este leyenda que Javier Espínola eternizaba. Una pintura mural, que fue inaugurado en 2001, en la nueva iglesia San Vinceç de Tossa también recuerda este hecho.
Los autores catalanes Josep Pla (Guía de la Costa Brava) y Josep M. Ainaud de Lasarte también utilizaron la leyenda de la Platja de la Mar Menuda en sus obras. La playa de Mar Menuda se volvía, de esa manera, conocida en toda España.